Son muchos y variados los beneficios que resultan de darles a los chicos
ciertas responsabilidades en las tareas del hogar. Algunos opinarán lo
contrario: que los supuestos beneficios son, simplemente, patrañas inventadas
por las madres para tener más tiempo libre.
Y sí, tal vez un poco de verdad en eso haya. Si le pedimos a alguno de
nuestros hijos que aspire las piezas y a otro que quite el polvo de los muebles
o levante la mesa, lograremos tener de 15 a 20 minutos libres por día… ¡para
darle una repasada al baño o salir a tender la ropa! Sea cual fuere el caso, está
comprobado que son los niños los mayores beneficiarios.
Ciertos estudios* aseguran que cuando a un niño se le confía la
responsabilidad de realizar algunos trabajos en su hogar, adaptados a su edad y
habilidades, éstos contribuyen a que el pequeño tenga una mayor autoestima,
desarrolle el sentido de la cooperación y la empatía, valore el trabajo (el
propio y el ajeno), y se sienta más independiente.
Por otro lado, un importantísimo estudio de campo (¡realizado en mi
casa!) no solamente corroboró varios de los factores mencionados anteriormente,
sino que además dio lugar al descubrimiento de otros tres de igual o mayor
relevancia. La realización de tareas domésticas 1) mejora notablemente la
capacidad y velocidad del cerebro para recuperar información de la memoria de
mediano y largo plazo; 2) soluciona problemas de estreñimiento; y 3) logra
curas milagrosas de dolencias varias. Ejemplifico:
1). Mejora notable de la memoria.
Madre: Hija, por favor, levantá la mesa.
Hija: ¡Uy! ¡Me a-ca-bo de acordar que la seño dijo que tenemos que
practicar lectura en voz alta. Tengo pruebita en dos semanas. Mejor voy ahora.
2). Solución para el estreñimiento.
Madre: Hijo, por favor, repasá los muebles de mi pieza.
Hijo: ¡Ay! ¡Tengo que ir al baño ur-gen-te!
3). Curas milagrosas.
Madre: Hija, por favor, aspirá la alfombra.
Hija: Uh… es que tengo un dolor de pierna… me va a hacer mal estar mucho
tiempo parada.
Madre: Uh… sí… la verdad que sí. Y para cuidarte, creo que no deberías
ir a entrenar patín hoy.
Hija: Eh… a ver… déjame probar… ¡Qué bueno, ahora ya se me fue el dolor!
Por todo lo expuesto hasta aquí, la importancia y buena influencia que tiene
el trabajo hogareño en los más chicos es más que evidente. “El trabajo es salud”,
reza el dicho popular. Nunca mejor aplicado.
* que no pienso citar. Leí algunos libros y artículos, pero ni cerca
estoy de buscar la bibliografía. No insistan. Esto es un intento de blog que
comenta sobre hechos cotidianos con un tinte de humor. Hasta ahí llega mi
esfuerzo.