lunes, 30 de agosto de 2010

A cococho...


Lo que aprendí jugando al caballito con la jinete Meli:
1.       Que los pisos de mi casa estaban mucho más sucios de lo que aparentaban.
2.       Que siempre es bueno tener cerca un “Anaflex” o algún miorrelajante para el período post-juego.
3.       Que yo ya no estoy para estos trotes.
 Pero... ¿quién me quita lo bailado?

domingo, 29 de agosto de 2010

Ventolina.

Para los que se quejan que en un día como el de hoy "no se puede hacer nada" porque te lleva el viento, les cuento el abanico de posibilidades que se despliega ante mí:
1- Corregir "quizzes" de gramática.
2- Planificar mis clases de mañana.
3- Lavar los pisos, que dan lástima.
4- Salir de compra virtual en búsqueda de una pava eléctrica.
5- Atar un extremo de una soga a las rejas de casa y el otro a mi tobillo, y jugar a que soy un barrilete.
6- Esperar que se despierte Meli y convencer a Goldy de salir a pasear ¡¡a pesar del ventolete!!.




Gente, opciones hay... (aunque espero que las de ustedes sean más divertidas).

domingo, 8 de agosto de 2010

Tacones lejanos.

La grácil princesita de cabello ondulado se levantó de su aposento y vistió sus pies con el más fino de los calzados.

De delicado color rosa y tacos altos, cada uno de esos zapatitos ostentan un gran zafiro en forma de corazón. Son dignos de una princesa.

Hasta ahí todo bien. A la bella, sólo le falta el castillo y su príncipe azul -- en unos 15 años, claro. Pero, lo que sigue deja a la pequeña a la altura y categoría de una de las tías feas de Cenicienta: medias tres cuarto celestes con la inscripción "Jump Sports Active" (posiblemente recibidas en herencia de algún príncipe mayor), pijama con motivos de semáforos y camperita polar rojo chillón.











Creo que las princesas posmodernas están perdiendo el glamour.

Crítica breve de humilde espectadora.

Querido Roman Polanski: un director de tu nivel debería haber dicho "corte" cuando el personaje princial saludaba con la copa en la mano. Con eso, te asegurabas aplausos y galardones. Agregarle esos fatídicos 15 segundos hicieron que tu peli pasara de buena a una reverenda porqueria. Humilde opinión... digo.