Hoy Tina cumple 10 años. A pesar de lo hincha que puede ser, nos ha dado mucha alegría. (Igual, no sé si me animaría a decir: "Y que sean muchos más..." jua, jua, jua) Esta foto se la saqué hoy, precisamente para esta entrada. Así quietita y sin audio, todo un primor... ¡¡FELIZ CUMPLE, PERRA!! :-)
Lo / la encontró Gerardo entre unas plantas que llevaba para la isla. Al parecer tiene sólo uno poquitos días de vida y si nadie la cuidaba, se iba a morir.
Las fotos son más que explicativas, pero déjenme agregar que Mati no lo / la deja ni un segundo. Hoy hubo que esconderlo/a para que pudiera descansar un poco.
Ahora le tenemos que dar la leche (con gotero).
Ah, es una libre y no un conejo como le dice Mati; (que de paso, lo quiere apodar "Hombre"...) al que pensamos tener hasta que crezca lo suficiente como para valerse por sus propios medios... Luego pensamos largarla en el campo...
Bueno, disfruten las fotos de esta ternurita peluda que para que se den una idea de su tamaño les cuento que entra en la palma de mi mano.
Creo que mi hija es un mutante. Si bien es cierto que la carga genética que heredó por parte de sus padres la inclina a comer lo que venga, a la hora que sea y en cantidades importantes, tengo sobrados motivos para creer que tantos años de Goldy andando de acá para allá con peces, haciendo que tengan cría, cuidándolos del frío, el estrés y el estreñimiento como si fueran un hijo más, ha transpasado los límites conocidos de la biología y ha llegado a tener su efecto un par de generaciones después en Melisa.
Naturalmente, los peces comen hasta que se les acaba el alimento que tienen en frente y no hasta que sienten que han ingerido suficiente. No le pregunté a Goldy, así que no se si esto se deba a una cuestión puramente fisiológica o a una in-capacidad mental para "entender" cuando es suficiente…. Según dicen, los peces no son de los animales más inteligentes… (y si no, recuerden el chiste del gallego y el dicho "mente superior domina a mente inferior"…).
Pero bueno, antes de irme más por las ramas: creo que la gorda no vino dotada anatómicamente con lo que sea que hace que un ser humano luego de comer en exceso pueda sentir algo de saciedad y decir "basta". Al igual que a los peces, Melisa comería todo el día hasta (literalmente) reventar.
No es casualidad que una de las palabras que repite con más frecuencia durante el día, abriendo y cerrando su boquita de forma redondeada (oh, casualidad…) sea "ñam-ñam" (comida, morfi…). Es raro tener que decirle a un hijo: "Basta, ya comiste suficiente. No más "ñam-ñam." Pero imaginen ese pobre estómago que no tendría descanso: ¡su vida sería un proceso de digestión constante!
Recuerdo que con Mati fue algo similar, pero no creo que haya llegado a estos extremos. Si bien yo podría picotear todo el día, a veces me cuido* un poco para darles el ejemplo a los gordos de lo que es "comer bien y no entre horas"… :-o
Pero Melisa no para. Cada vez que ve comida, indefectiblemente la quiere. Si le doy, pide más. Es el cuento de nunca acabar…
Bueno, por ahora este tema no pasa de una simple anécdota. Supongo que su calvicie también es cuestión de genes. Ahora, si en vez de pelo veo que le empiezan a crecer escamas, supongo que me tendré que preocupar más…
*Por "cuidar" entiéndase en este caso: comer, pero a escondidas… jua, jua, jua, jua!!!!!!!!!!!!!!!!
Lejos está de mí el conocimiento y buen uso de la matemáticas. Y más lejos aún está la certeza de que dicha ley realmente exista o que, al menos, se la denomine de tal manera.
Me aterra pensar qué puedan decir los entendidos con respecto a semejante barrabasada. Me viene a la mente la imagen de Silvia G. o Marta C., leyendo esto y simultáneamente cayendo de espalda. Si este fuera el caso, recuerden que soy una simple “teacher de inglés” que lo único que quiere es explicar un tema… (jua, jua, jua).
Pero bueno, el caso es que he descubierto que en la relación padres-hijos, hay ciertas leyes que son invariables, y que cuyos elementos son inversamente proporcionales. (Guau, me asombro de mi misma ante tal aparente dominio del tema…). No importa en qué familia uno se encuentre o en qué contexto, la ley se cumple.
Algunos ejemplos:
*La habilidad y creatividad de un niño para preguntar es inversamente proporcional a la capacidad (o deseos) de un padre para responder. Ej: “Mamá, ¿por qué la agujita del reloj gira para ese lado?“Porque sí, nene. Por que sí.”
*Luego de un largo día de trabajo, las ganas que tiene un padre de jugar al caballito son inversamente proporcionales a las que tiene el hijo de jugar a ser jinete.
*Las ganas que tiene Mati de ir al mercado a “comprar pelo con rulos para que abuelo Toto pegue en cabeza” son inversamente proporcionales a la posibilidad de que alguna vez encontremos pelo en cajitas en la sección “Cuidado personal” del súper.
(Pero bueno, la idea no es nada DESCABELLADA y creo que podría imponer tendencia en aquellos que dentro de poco van a tener que usar esos peinecitos de metal para piojos que son re-re-finitos, y que pueden peinar hasta lo que no hay … JUA, JUA, JUA, JUA)
... es la que seguro sentirán los tandilenses que lean este blog. Pido disculpas por mi brutalidad, pero "Orientación y Nombre de Calles" siempre me la llevé a Marzo. Toda la vida me ubiqué por un "enfrente a...", "al lado de...", etc. La cuestión es que hace un rato me paró una pareja de turistas en la esquina de "Otero". Ellos: Disculpá, ¿nos podés decir dónde queda la calle Belgrano? Yo: Ehhhh... No tuvieron suerte chicos, yo también soy turista. (Y como para que fuera más convincente agregué un:) Vengo de Entre Ríos...
Bueno, mentir no mentí.... Mi documento dice que vivo en Libertador San Martín. Podría pasar tranquilamente... Pero debo reconocer que me dio cierto calorcito tener que dar semejante respuesta. Viví 18 años acá, pero en todo ese tiempo básicamente pude registrar un puñado de calles. Sé perfectamente donde quedan Rodrigues y 9 de Julio, también la calle de mis viejos y la del negocio de mi viejo, pero más que eso NO ME PI-DAN. Simplemente, está más allá de mis posibilidades. Bue, todo por esta noche. Voy a ver si lo puedo ubicar a Goldy que ayer ya tuvo que viajar porque su equipo de voley jugaba x la liga de Entre Ríos. Esto es todo amigos...
Si de lo que compro se trata, la Fuxa siempre me gasta en dos puntos: mis compras por internet y mi compra de mates. En este último caso, no es que tenga una colección; simplemente no me duran. Los motivos: variados.
Bueno, pero tal vez sea por eso que hoy cuando la llamé por teléfono tuvimos una conversación que luego de los típicos “Hola”, “¿Qué hacés?”, “¿Dónde andás?”, “Bla, bla, bla” siguió más o menos así:
YO: Anduve dando vueltas por el centro y ¿adivina lo que me compré? (Qué quede claro que no le di ninguna entonación en particular a esta pregunta. Fue de lo más inocente.)
FUXA: Mi querida amiga, si te compraste otro mate y encima es otra vez de palo santo, creo que vas por mal camino. (Bueno, no usó precisamente esas palabras ni el tono que generalmente lo acompaña… pero entiendan que es a modo ilustrativo…)
YO: Nena, pará que todavía no dije nada… Pero sí, me compré otro mate.*
La conversación siguió un rato más, pero luego me quedé pensando en lo que la guachina me conoce. En alguna otra entrada creo que lo mencioné, pero hasta por teléfono sabe lo que le voy a decir y lo que pienso. ¡No saben como se la extraña desde que se fue a BA!
Sé que falta para el día del amigo, pero para decirle a alguien cuanto se lo quiere y extraña creo que no hace falta una fecha en particular, ¿o sí?**
*(Y no te lo describo Fuxa, lala lala… aunque te digo que para “curarlo” lo tuve que meter al freezer…)
** (también sabés que si de fechas especiales se trata, vengo para atrás también… Además, quién te dice que no me olvide de saludarte el 20…)
Y si de amistad se trata…
¡NO SE OLVIDEN DE LOS SUPER-AMIGOS! (Por lejos, mi favorito siempre fue Superman. Si mal no recuerdo al Momo le gustaba Aquaman; pero acá puede que me falle la memoria).*
*Editado: 22/07/08: el favorito del Momo es... LINTERNA VERDE!!!
Esto es todo lo que me vengo perdiendo en mi paso por Tandil gracias a la gripe que me agarró:
1- Paseo por el centro el sábado de noche. 2- Paseo por la ciudad el domingo de tarde. 3- Las pizzas magistrales del Bona (que las miré de lejos porque además me dio una "pataleta" al hígado). 4- Salidas al centro a "ver" vidrieras (supongo que entienden lo que quiero decir), con mamá y sola. 5- A la plaza con los chicos para que quemen un poco de energía. (Tina también cae en la volteada). 6- La visita a Karina y a la abuela Lía.
La lista es muy general, y no me pongo a pensar más para no tirarme del balcón... ;-)
Editado: 16/07 Ah, y si de bajones se trata ¡NO SE OLVIDEN DEL ANTIDOPING POSITIVO DE MARADONA EN EL MUNIDAL 90 Y LA MORAL POR EL PISO DE TOOOOODO UN PAIS! (en la época que nos importaba lo que hacía Maradona...)
Luego de una paradita de un par de horas en Buenos Aires donde disfruté revolver en todos los estantes de una de las librerías especializadas en inglés más grandes que hay, llegamos a Tandil a las 9:00pm. Hasta ahí, todo bien. El sábado Meli seguía con fiebre y Mati con catarro así que no fuimos a la iglesia. Nos quedamos todo el día adentro. A la noche me empezó a doler la garganta, y por ende, no salí a dar una vuelta (¡¡¡y el guachino de Goldy se fue solo!!!!!). El domingo empeoré y el lunes caí al médico. Hasta hoy anduve en cama. ¡Esa es la manera de pasar las vacaciones! Bueno, superado el bajón, supongo que para mañana estaré bien y podré salir de este encierro y disfrutar un poco. Espero que ustedes lo estén pasando mejor. ¡Felices vacas para todos!
Estas fotos son de la semana pasada cuando Mati estuvo ayudando a la abuela Gladys a preparar las empanadas. El se encargó de cerrarlas bien y de ponerlas en la fuente.
Como docente, estoy acostumbrada a hacer preguntas. Me gusta preguntarle cosas a mis alumnos, pero nunca me conformo con un “esto es así” por parte de ellos. Disfruto… DIS-FRU-TO… hacerles trabajar las neuronas con un “¿por qué? Ese tipo de preguntas son las que me hacen ver que no han estudiado de memoria, que pueden relacionar los conceptos estudiados, que entienden el funcionamiento de las cosas. Disfruto ver como aprenden… (pero también disfruto verles las caras de pánico cuando les lanzo las preguntas, ver como giran sus ojos para todos lados, como si las respuestas estuvieran escritas en el techo, las paredes, el piso o en MI PROPIA FRENTE. Jua, jua, jua, jua!!!) Salvo algunos casos, luego de tan intensa búsqueda dan respuestas satisfactorias. ¡Qué placer!
El hecho de estar sentada detrás del escritorio, y no del pupitre (¿sigue existiendo esa palabra?) también tiene su toque positivo. Es el lugar relajado de la situación, el lugar en donde (se supone) que está el control.
Y por mucho tiempo he podido disfrutar de esta posición de privilegio, que ahora mi hijo de 3 años y 3 meses ha invertido. El gordo me ha vuelto a sentar en el pupitre; me hace retorcer las neuronas, y por más que busco en el techo, las paredes o el piso, en general me cuesta mucho darle una respuesta que él encuentre satisfactoria.
Pensé que mis años de trabajar con chicos del secundario me habían dotado de una paciencia increíble, capaz de lidiar con cuestionamientos de lo más ilógicos, pero NO. Eso tampoco ha ayudado.
Pero como si esto fuera poco, yo me venía preparando para que Mati empezara con sus porqués y al loco se le ocurrió empezar con un “¿Para qué sirve?”. ¡Me re-descolocó!
Hasta ahora pude pilotear un: “Mamá, ¿para qué sirve la nariz?”. Pero cuando Mati me señaló un embutido de la góndola de fríos del súper y me dijo: “Mamá, ¿para qué sirve eso?”, debo reconocer que no fui muy convincente con mis respuestas, así que a esa pregunta inicial, le siguieron otras tres iguales.El diálogo fue más o menos así
Mati: Mamá, ¿para qué sirve eso?
Yo: (apurada, eligiendo los yogures, la leche y la crema): Para comer.
Mati: Mami, ¿pero para qué sirve eso?
Yo: Para poner adentro de los sandwichitos.
Mati: Mami, ¿pero para QUÉsirve eso?
Yo: (empezando a devanarme los sesos para buscar un argumento lo suficientemente atractivo y convincente que calmara la curiosidad del gordo o, en su defecto, algo que desviara su atención hacia otra cosa, temiendo escuchar la misma pregunta por cuarta vez, opté por lo segundo): Mati, ¿cual Danette querés?
Mati: El de dulce de leche, mami.
No fue de lo mejor que podría haber dicho, pero me apabulló. Todavía no estaba preparada para largar tanto (des)-conocimiento de golpe… Supongo que el tiempo probará si esto fue lo más acertado.
Y hablando de preguntas y respuestas,
¡NO SE OLVIDEN DEL PING-PONG DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE FELIZ DOMINGO! (Y por ende, ¡¡¡DE LOS INFELICES QUE PIFIABAN UNA TRAS OTRA!!!)
