jueves, 17 de mayo de 2007

KK

No hay acción más común a todo ser humano, no importa su edad, sexo, raza o credo, ni llamada de tantas maneras como ésta. Entre los términos más usados – y políticamente correctos – para definirla se encuentran palabras como “evacuar”, “mover el intestino”, “mover el vientre” (algo que Shakira ha logrado dominar a la perfección), “el número dos”, y el tan conocido “ir de cuerpo” que tanto usaba mi abuela – y a quién me arrepiento de no haberle preguntado lo que, por contraste, significaría “ir de alma”.
¿Y qué necesidad puede haber para hablar de esto? En rasgos generales, nada. A menos que quién la realice sea tu hijo de dos años, a quién has estado tratando de hacerle dejar los pañales desde hace un tiempo.
En el verano hicimos los primeros intentos, pero sin mucho resultado. Con la llegada de una hermana a la escena, nos aconsejaron que no insistiéramos por un tiempito. Hace unas semanas, Mati volvió a decirnos “cacá” cuando ya había ensuciado el pañal. Era el principio del proceso.
Sin ahondar en detalles que no creo les interesen demasiado (sobre todo si no son padres o si lo son y no han llegado a esta etapa) les cuento que hoy la palabra “cacá” tomó un nuevo significado: antes era “mamá, me hice.” Ahora: “mamá, quiero hacer”.
Esta “primera vez” estuvo llena de risas, aplausos y tiradas de cadena… Espero que en poco tiempo podamos estar cambiando los pañales de sólo un integrante de la familia.
Esto es todo por hoy. Creo que es más que suficiente.

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