Sé que hace mucho tiempo que no me pongo a escribir, pero esta vez de verdad tengo una buena excusa explicación: hace mucho que la Sra. Inspiración no viene de visita. Generalmente se daba una vuelta por casa a la noche. Solía encontrarme en la tranquilidad de una ducha relajante y hacía que como el vapor que se formaba, mis pensamientos volaran. Pero eso ya se acabó. La semana pasada, el reemplazo del termotanque que se rompió por uno nuevo más chico hizo que ya no le guste más venir en ese momento ya que dice que en lo único que me pongo a pensar es en cosas como: “¿Si me compro un shampoo 2 en 1, ahorraré algo de tiempo como para llegar por lo menos con agua tibia al final?” Y sí… así no se puede…
Así es que la señora hace rato que no aparece. De paso, como infidencia les cuento que he decido llamarla señora, por una cuestión de respeto a su edad y trayectoria, y no precisamente por su estado civil. Nada se sabe de ella en este sentido, por lo menos no de forma oficial. Los rumores desparramados por las malas lenguas dicen que estaba en pareja – y si, ¿¿quién se casa en estos días?? – con un tal Muso Inspirador. Otras malas lenguas – todavía muuuuucho más malas que las anteriores – dicen que no era Inspirador, sino Inspirado (por ella, claro, para pasar las noches de invierno…) ;-)
Y bueno, como decía, cuando la Sra. no quiere aparecer, en vano uno desperdicia energía para encontrarla. No importa cuan lejos vaya uno en su búsqueda o cuántas veces le pida a Mahoma que vaya a la montaña y desde allí invoque su nombre. No. Si la muy terca no quiere aparecer, NO QUIERE. Punto. Y eso que yo probé de todo. Hasta anduve husmeando en esos lugares recónditos detrás de los sillones que hace muuuuuucho que no aspiro…. Nada. (Bueno sí, haber había: terribles arañas, pero ese sí es otro tema).
Cuando decida volver por acá, seguro se enterarán. Habrá algo más que fotos en las entradas de este blog. Por el momento, esto es todo.
Besos, Titi.
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