Aunque no deleite oídos como Susan Boyle, me gusta mucho cantar. Aunque no perfore tímpanos como la Marengo, me gusta que nadie me escuche.* El problema es: ¿dónde tenés la libertad para combinar ambas cosas? En el auto.
Cada vez que me subo, luego de poner la llave para arrancar, indefectiblemente y de forma casi autómata, empiezo a cantar. Les puedo asegurar que mi tutú ya escuchó en repetidas ocasiones salir de mi boca desvergonzada el “Waka-waka” de pe a pa… con sus estrofas en castellano, en inglés y… sí, sí… ¡en fang! (¿Quién dijo por ahí que no tenía oído para la fonética, eh, eh?).
Hasta ahí todo bien. Pero desde hace un tiempo me está pasando algo extraño: me subo, pongo la llave para arrancar, indefectiblemente y de forma casi autómata, empiezo a cantar y…. ¡zás! Me viene a la mente la imagen de alguien escondido en el asiento trasero. Su intención no es la de sacar un arma y pedirme el auto. Tampoco la billetera. No. Su sola intención es escucharme cantar. No sé si me ruborizo, pero es algo insólito y aunque sé que no hay nadie, doy una rápida inspección visual como para quedarme tranquila.
Y una vez que me aseguro de mi soledad, ¡que siga la música!
…. “Tsamina mina eh, eh
Waka Waka eh, eh
Tsamina mina zangalewa… This time for Africa!
Waka Waka eh, eh
Tsamina mina zangalewa… This time for Africa!
Si juego a esto en el face, seguro no me va tan bien...
(…. “Tsamina mina eh, eh
Waka Waka eh, eh
Tsamina mina zangalewa…)
Waka Waka eh, eh
Tsamina mina zangalewa…)
*Creo que no le vendría nada mal a la Marengo seguir mi ejemplo…
¡Ojo! ¿Te acordas cuándo nos dispusimos a escuchar nuestras prácticas de fonética inglesa, y en vez de eso te escuchamos a vos cantando: "no puedo estar sin ti, si tú no estás aquí me falta el aire...." ¡Cómo nos reímos!!! Myri
ResponderEliminarMyri, eso quedó para la historia. ¡¡Nos dolía la panza de tanta carcajada!!
ResponderEliminarQué práctica ni práctica... ;-)