lunes, 18 de enero de 2010

El sabor de la victoria.

A ver señor, confiese: ¿cuántas veces lloró por ella? Señora, ¿cuántas veces pensó que su vida sería más fácil si ella no existiera? No sé usted, pero yo sí... ¿vio?
Las lágrimas derramadas son tantas, que de la emoción casi se me cae el lagrimón acá, pero no lo considero correcto así que trato de contenerme.
Ella me hace sufrir cada vez que la veo, no importa lo que haga... He probado los mil y un métodos; me he informado; he pedido consejos. Nada. He fallado mil y una vez.
Pero ayer le hice frente. La miré fijamente, desafiante. Con cuidado me calcé las antiparras de la pile de Mati y con toda la confianza del mundo le dije:
"¡Tomá, cebolla! ¡A ver si ahora me tirás el ácido en los ojos! ¿A que ahora no me llega?"
Tarareando un "lero lero..." bajito, la hice pedacitos... con el placer de la victoria entre mis dedos y unos ojos vivaces que la veían a traves del plástico gris, intactos... felices.

1 comentario:

  1. exijo foto de la titi con la antiparra del mati!!! asi no mas con la historia no basta! necesito una imagen jajjajaja!

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