miércoles, 15 de abril de 2009

El pibe la tiene clara...

Hasta hace unos pocos días, Mati no sabía siquiera pintar más o menos adentro de una forma. Sus movimientos eran bastante torpes, y a él no parecía importarle demasiado (a nosotros tampoco... esas cosas salen cuando tienen que salir).
Pero el lunes, el gordo me mostró lo que había "dibujado": la letra A (que él estaba convencido que era un 4) y un pollito. Este último es increíble (luego les muestro la foto). Se largó con todo y lo que más me pide es que le muestre los números y las letras.
Ayer, dibujando en su pizarrita magnética me mostró lo que había dibujado:
"Mirá, mami. ¡Dibujé un 3!"

Mirando la figura le dije: "Sí, si damos vuelta la pizarrita "así", se ve un tres."
"¡No, mami!" me respondió. "Un tres. ¡Así!"
Y tenía razón: los palitos iban para arriba nomás.
Eso nos demuestra lo limitados y estructurados que podemos ser los grandes y todo lo que tenemos para aprender de los más chiquitos.

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