martes, 27 de noviembre de 2007

Una alegría...

Vive con nosotros y está muy mala onda. Cada vez que ocurre algún evento importante en la familia, en vez de alegrarse con nosotros generalmente le da algún ataque de pánico, tiene un bajón de presión o se pone a llorar por horas.

Realmente estoy muy preocupada por la salud mental del Sr. Presupuesto Familiar. Desde que comenzó a vivir con nosotros, allá por el año 1999, nunca nos dio motivos de preocupación. Pero últimamente, cada situación de relevancia en casa le produce algún cuadro de estrés. Con la llegada de Matías, y cual hijo único desplazado, Presupuesto empezó a mostrar signos marcados de algunos trastornos sicológicos.

Cuando el año pasado decidimos cambiar el auto, ya no le gustó mucho la idea; y cuando finalmente encontramos "justo" lo que queríamos y nuestra alegría era descomunal, él, con cara larga nos hizo saber que muy contento no estaba…

Luego, la cosa empeoró y llegó a tener serios trastornos en la alimentación. En julio y diciembre se le da por la bulimia. Se da flores de atracones con los aguinaldos, que enseguida son "devueltos" en forma de vacaciones y regalos navideños… Desde la llegada de Melisa al hogar, también ha tenido brotes anoréxicos, donde "no prueba bocado". Bastante flaco se lo ve deambulando de aquí para allá sin saber muy bien que rumbo tomar.

Pero el otro día, nos dio una sorpresa más que agradable. Al contarle de otro acontecimiento familiar de extrema importancia, por fin se alegró con nosotros: Matías ha dejado los pañales. Desde ese día se lo ve con otro ánimo, lo cual nos pone muy felices. De hecho, hasta creo que ya se le han empezado a rellenar un poquito los cachetes. Esperemos que esto siga así. Nunca fue de los más fornidos y fortachones, pero deseamos que pronto podamos verlo feliz y por lo menos un poco más regordete … Aunque me pregunto si con dos nenes chicos, de los cuales una todavía sigue usando (muchos) pañales, esto no será mucho pedir…



No hay comentarios:

Publicar un comentario