sábado, 12 de enero de 2008

¡Juicio! ¡Juicio!

Juicio: Según la R.A.E,, éste se define como el “estado de sana razón opuesto a locura o delirio”. De allí que escuchemos oraciones como “Fulanito está en su juicio, pero Menganito está fuera de él.”
En la antigüedad, la gente creía que esta capacidad residía en las cuatro puntas opuestas de la boca*. Este no era considerado un lugar muy común para tal residencia, ya que se entendía que todas estas capacidades debían residir en el cerebro. Pero bueno, siendo el juicio una de las últimas capacidades en ser repartidas, no tuvo más remedio que ubicarse en el único espacio libre que quedaba: los terceros molares. De allí que vulgarmente los conocemos como “las muelas del juicio”. Debido a todo, esto el juicio es una de las últimas cualidades en ser adquiridas por el hombre – eso sí alguna vez la adquiere. Conozco tantos casos…
Si hoy en día nos basáramos en esta creencia, bastaría con pedirle a alguien que nos muestre su boca para saber a ciencia cierta con que tipo de persona estamos tratando. Imagino que para ser un poco más políticamente correctos podríamos reemplazar la frase: “Señor, ¿me podría mostrar sus dientes que quiero cerciorarme de su sensatez?” por un buen chiste que produjera una buena, buena carcajada que deje sin más ni más toda la dentadura del sujeto en cuestión al descubierto.
Les he contado todo esto para que la próxima vez que me vean, si me notan un poco menos cuerda que lo normal sepan que no es culpa mía; échenle la culpa a los dos de la foto, que con su partida, me han dejado más vulnerable a los ataques de locura.

Habiendo dicho esto, tengan todos un buen fin de semana.

*(No creas todo lo dice este blog... Puede que algunas datos sean simples delirios de la autora...).

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