lunes, 3 de noviembre de 2008
Bueno... no se quejen...
Oirlos ya es terrible, pero verlos escritos (como el de "... entonces le hice copipeist y terminé en dos patadas...) es mucho peor.
Sí. Podria haber sido una entrada así de simple. Pero, no.
Soy verborrágica por herencia y elección...
Saludos a todos. Buena semana.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Doña Lengua Materna Castellano
Corría la década del 30 (del 1500, claro) cuando llegó a lo que hoy es Buenos Aires. No tardó mucho en hacer amistades, y en menos de lo que todos pensaban ya tenía novio. Al poco tiempo se casó y formó el matrimonio Castellano-Rioplantense.
La feliz pareja tuvo muchos hijos, que fueron creciendo, se independizaron y se fueron a vivir solos lejos de su casa paterna. Cada uno hizo su vida y se fue asentando en alguna nueva región. Sólo el hijo menor quedó en Buenos Aires, y fue el que más dolores de cabeza le trajo a sus padres. Considerado la oveja negra de la familia, Lunfardito, de carácter muy peculiar y arrabalero se pasaba días enteros escuchando gotán, timbeando y pasando el rato con otros atorrantes…
Los años pasaron y la infidelidad quebró el hogar de los Castellano-Rioplatense. Lema no se pudo resistir a la encantadora indiferencia de un señor mayor. Lema se refería a él como “el Tío”… Y de sus encuentros, Sam le dio varios hijos, muchos de los cuales nunca reconoció.
Un ejemplo de esto es el caso de Copipeist, hermanastro de Copy and Paste y primo segundo de Copiar y Pegar. El pobrecito sufre sin estar seguro quién es su padre. El pobre bastardo está con una seria crisis de identidad.
Esperemos que Lema vuelva a ser la que fue antes, renueve energía y arregle las cosas en su matrimonio así no hay más hijos no reconocidos dando vueltas por ahí. Algunos ya le recomendaron una buena terapeuta (RAE), que según dicen, hace maravillas en estos casos.
Ojalá sea así. Ojalá.
viernes, 31 de octubre de 2008
Momentos de esparcimiento.
Mati jugando al "Mister Sabio"
Mati y Meli, luego de la iglesia.
El facherito.
O les sacaba una foto o nadie me creía...
jueves, 30 de octubre de 2008
Genetista se busca.
Si han logrado hacer un mapa del genoma humano, supongo que podrán identificar un gen en particular. El gen en cuestión es el que hace que todo ser masculino se resista sistemáticamente a sentarse a la mesa cuando se le avisa que la comida está lista.
Una vez identificado, sugiero su pronta eliminación. Ya es muy tarde para mi (y para el 99.9% de las mujeres de este planeta), pero estoy segura que la próxima generación estará más que agradecida.
Esta cuestión de resistencia va más allá de la bronca que le puede dar a una el hecho de ver como se enfría la comida que (¿con tanto esmero?) se preparó. Es también una pérdida enorme de tiempo. Personalmente me he tomado un tiempo extra para cronometrar la situación. Salvo alguna rarísima excepción, el lapso que va desde el primer llamado a comer (en tono alegre, cariñoso) hasta el 5° o 6° en que el susodicho llega (cabe aclarar que el tono del llamado ya no es el mismo…) puede ser de un promedio de 7 a 10 minutos.
Esto no sólo se aplica a esposos, sino también a padres, hermanos, suegros e hijos varones. (He visto alguna excepción en novios, sólo cuando la que llama es la media naranja… )
Y bueno, volviendo al pedido: espero que este gen realmente exista. Si no fuera esta la razón de tan extraño comportamiento, las opciones resultantes no son tan optimistas… (y que cada cual lo interprete como quiera).
Saludos a todos, y en especial a todas esas mujeres que sufren esta situación día a día…

miércoles, 29 de octubre de 2008
Vamos por las 5.000
Me encantaría saber quién es el # 5.000, así que si me hace la gauchada, me lo deja en los comentarios.
Esto es pura y exclusivamente para satisfacer mi curiosidad. Como mencioné en otra oportunidad, que el agraciado no espere recompensas... (por lo menos materiales).
Besos y buen día.
martes, 28 de octubre de 2008
¿Sugestionada yo?
Luego de ver tanta cosa complicada, uno termina un poquito sugestionado, así que cuando me levanté esta mañana con un fuerte dolor en el abdomen y dolor de cuerpo generalizado (cosas que uno no suele experimentar juntas), mi cabeza empezó a dar vueltas…
Estuve todo el día en cama (y eso me valió mi primera ausencia a clase del año). Goldy estuvo igual ayer (así que descarten embarazo, como ya me dijeron por ahí).
Pero bueno, luego de tanta especulación me quedo tranquila porque cada vez que nuestro benemérito Dr. House hace alguno de sus diagnósticos diferenciales empieza diciendo que:
“NUNCA ES LUPUS”.
Me voy a dormir tranquila, entonces. Hasta mañana.
lunes, 27 de octubre de 2008
Hablando de libros...
Llamado a la solidaridad.
domingo, 26 de octubre de 2008
El que no salta no come gallina.
Hoy pasé por un quiosco y las vi. No pensé que se seguían haciendo. ¡Qué emoción! Verlas fue un flash al pasado.
Al toque entré al negocio y compré algunas. La idea era comer una yo y luego llevarle a los gordos para que las probaran. “¡Qué lindo!” pensé. “Mis hijos saboreando las mismas golosinas que yo saboreaba a su edad.”
Pero eso nunca ocurrió. Una vez que abrí el primer paquetito, fue mi perdición. NO pude ejercer ningún tipo de auto-control y en el tiempo que me tomó llegar a la esquina, cruzar la calle y llegar hasta el súper, la bolsa estaba vacía.
Llegué a casa no sin bastante cargo de consciencia por haber privado a mis hijos de sus golosinas. Semejante grandulona…
Pero luego que Mati volvió de un cumple con una bolsa lleeeeeena de caramelos, chupetines y alfajores y no quiso convidar ninguno, todo vestigio de culpa llegó al FINAL DE LA LISTA (¡¡¡igual que las otras gallinitas!!! Jua, jua, jua)de mis preocupaciones.
Saludos y buena semana para todos.

viernes, 24 de octubre de 2008
Una señorita muy aseñorada
En ocasiones anteriores les conté de ciertos personajes que viven con nosotros (como el Sr. Presupuesto Familiar) y de otros que visitan cada tanto (Sra. I.). Hoy, les voy a contar de uno de éstos últimos.
Ella es una señorita de hábitos amables y de pocas palabras. Siempre ha sabido hacerle frente a la vida y nunca le ha reclamado nada. Sabe contar hasta 10 (o más si hace falta) antes de hablar o actuar frente a una situación que atiente con sacarla de su eje. Todos ansían estar en su compañía, pero no todos saben cómo hacerla sentir a gusto.
Paradójicamente, y muy en contra de su naturaleza, está mostrando ciertos rasgos de debilidad de carácter. Al igual que un adolescente en pena, últimamente está muy rebelde. Esta mañana, por ejemplo, le rogué que se quedara. No quiso y NO QUISO. Se fue al ratito nomás de haber llegado. Nuestro diálogo fue más o menos así:
Titi: Che, quedate. Preparo unos mates y charlamos un rato. Pará que le digo a los gordos que se callen y pongo el agua.
Srta. Paciencia: No… no puedo.
Titi: Dale. Acabás de llegar. Le saco la moneda de la boca a Meli y nos sentamos. Justo ahora me vendría bien una charla con vos.
Srta. Paciencia: Mirá… te dije que ando apurada. Paso en otro momento.
Titi: Pero… últimamente me decís siempre lo mismo. Los gordos te extrañan. Miralo a Mati como quiere llamar tu atención trepando a la mesada. Pará que lo bajo…
Srta. Paciencia: (susurrando) … 8, 9, 10, 11, 12… 98, 99, 100…
Titi: ¿Pero qué hacés? ¿Ya te vas? / Mati bajate de ahí ahora. A-HO-RA, dije.
Srta. Paciencia: Te dije que me iba. Además, no quiero que me digan lo que tengo que hacer. Si no quiero, ¡NO QUIERO! Punto.
Titi: ¡Será posible, será!
La verdad que extraño que no venga tan seguido. Según me dijeron, el alboroto la está superando. ¿Raro, no? Viniendo de ella, digo…
Pero bue’, si pasa por la casa de alguno de ustedes, le dicen de parte mía que la espero.
Saludos a todos.