Entre las cosas que Mati disfruta se encuentran cantar y que le lean cuentos.
Muchas veces, cuando me pongo a cantar con el gordo, suelo pausar la canción para darle lugar a él para que termine una frase -- sobre todo, lo hago con las canciones en inglés, para ir viendo cuánto va entendiendo. Luego comencé a hacer lo mismo cuando le leía algún cuento por enésima vez. Siempre sabía lo que venía.
Ayer se me ocurrió pedirle que él me contara algunos cuentos a mi. Al principio dudó, pero a los dos segundos ya estaba sentadito al lado mío y al pasar cada página decía: "Mirá". Por ejemplo: "Mirá, vaca comiendo heno."
No se imaginan lo que sentí. Además, el gordo se re-envició y cada vez que terminaba un libro me preguntaba con cual seguir.
Después de el segundo, cambió la técnica y se puso en frente mío para que yo pudiera ver bien los dibujos. Parecía todo un maestro. Era para comérselo.
Cuando le dije que leeríamos uno o dos más y luego tendría que ir a dormir, buscó los úlitmos libros, se subió a la cama y me invitó a sentarme a lado suyo con EL MISMO gesto que le hago yo cuando lo estoy por acostar. Parecía estar viéndome en un espejo.
Me acuerdo, y me emociono. Mi Mati ya me cuenta cuentos a mi. Para mí, se está preparando para cuando me deje en el geriátrico...
¡Ah! Y hablando de niños, libros e infancia...
¡NO SE OLVIDEN DEL ALBUM DE "CLAVE DE SOL" Y LA "DIFICILITA" DE PABLO RAGO!
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