miércoles, 11 de marzo de 2009

Al ritmo aeróbico de Beethoven.


Estos últimos días han sido de tanto trabajo mental que me fui haciendo ratitos para salir a caminar y despejar mi debilitado y deshauciado cerebro. Generalmente, en esa horita escucho una radio bien “pila, pila”, para mantener el ritmo. Pero hace un par de días salí, no enganchaba bien y al empezar a hacer un “zapping” por las emisoras di con una música clásica MUY PILA, PILA. Y acá hago un paréntesis:
(A mis viejos siempre les gustó la música; mi mamá hizo el profesorado de piano, ambos cantaron en el Coro Estable de Tandil por años y mi papá pasó de la flauta dulce a la traversa (nunca sé cómo aprendió a tocar la primera, pero me consta que la segunda fue por total autodidáctica). Pero en este contexto, mi inclinación por la música nunca fue más allá de un leve reclinamiento de la silla para llegar al dial y cambiar la estación o estirarme hasta alcanzar el control remoto y apagar el equipo. Hasta ahí, toda mi inclinación musical.
Hasta hace no mucho, la música clásica no sólo NO era uno de mis géneros preferidos sino que si le podía huir, lo hacía con decisión. Pero entiendan, cuando tu papá tiene programada la alarma diaria de la radio reloj con la estación ¡¡de amplitud modulada SODRE de Uruguay!!!, y además pone zarzuelas como “La Verbena de la Paloma” y “Gigantes y Cabezudos” a volúmenes que harían recuperar el oído al mismísimo Beethoven, por lo menos un trauma tenía que tener… Pero luego le fui tomando el gustito (siempre y cuando no fuera muy lenta o bajón).
Cerrando el paréntesis y volviendo al tema de un cerebro agotado, una mala recepción radial y una previa aversión a la música clásica – me encontré caminando a un paso bien acelerado, movida por la sinfonía treinta y pico de Beethoven. Dos minutos más tarde terminaba y la voz de Jorge Riffel anunciaba el comienzo de otra sinfonía treinta y pico en “do mayor y bla, bla, bla”… En la descripción creo haber escuchado la palabra “allegro” y juzgando por el contexto de la explicación y por el ritmo al que iban mis piernas deduje que en MI contexto de ese momento sería algo así como “una caminata rápida tirando a trotecito…”. Supongo yo.
El tema es que disfruté mucho esa salida de ejercicio y buena música. Pero bueno, tampoco exageremos que hace dos días salgo escuchando 2 capítulos de un libro por vez.
Con esto considero terminado mi recreo. Sigo con el laburo y les digo hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario