jueves, 27 de noviembre de 2008

Menos mal que no soy talle S.

Hoy fuimos con Goldy, los gordos, Momo y Yane a Santa Fe. Era uno de esos viajes que toda mujer disfruta. Ya se darán una idea. Anticipándonos al calor, decidimos llegar temprano a la mañana, hacer todo hasta el mediodía, almorzar y volver. Y casi lo logramos.
Uno de mis objetivos principales era empezar a ver vestidos para el casorio del Momo. Sí, YA SE que falta, pero recuerden dónde vivo... Y tampoco era que sí o sí quería comprarlo hoy, pero si aparecía algo...
El primer lugar al que fui me recibió con varias cosas interesantes, ninguna de las cuales anduvo. Seguí recorriendo, entré a un local y lo ví. Telepáticamente me dijo: "Vení. Descolgame de esta percha y llevame a tu casa." "Bueno", "aguantame que ahí voy" le respondí. Como me había ordenado, lo descolgué, lo miré y fue atracción mutua. Pero la vida no es color de rosa. Al mirar la etiqueta,vi que era un María Vázquez. Mi cerebro atontado por el calor igual disparó un "Ja, ja, seguro que está fuera de tu presupuesto". Y sí, lo estaba. Pero antes que le diera una segunda mirada con más cariño veo el talle: "S". Me puse el vestido por encima y creo que no hubiera podido apretujar ni 1/3 de mi cuerpo allí. Y no había en otro talle. "Bueno", dije. "Por lo menos no tengo que debatir ni con mi billetera ni con mi consciencia. Asunto cerrado."
Una hora más tarde, vi otro. Me lo probé. Me gustó. Mucho. Pero por esas cosas de la vida (mujeres, saben de lo que hablo), me quedé dudando. Salí del local sin saber que hacer. O lo compraba ya o seguía viendo otras cosas.
12:25 del mediodía: Me reencontré con Goldy. Le conté de mis aventuras. Al rato cae Yane y al escuchar la historia me dice: "¿Y qué hiciste que no te lo compraste?" Era tarde para cuando me cayó la ficha. Si lo quería (y ahora SI lo quería) teníamos que quedarnos hasta las 5pm.
En breve: a pesar de los casi 45° de temperatura, me hicieron el aguante (gracias, sobre todo a los varones que andaban cansados y alpe de tanto "shopping" y paseo femenino) y Yane obviamente me acompaño para dar el visto bueno (o no tan bueno....). Me lo vovlí a probar y me re-convenció. A Yane también le gustó.
He vuelto feliz a casa (valga la trivialidad...).
Besos.

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