viernes, 16 de enero de 2009

Estamos a centímetros del punto sin retorno.

Esta entrada es una continuación o actualización de una anterior, titulada “Ciberespacialemente hablando”. Brevemente les cuento que en ese momento hablé del rol fundamental – pero tan subestimado – que tienen los editores en el proceso de una publicación. Si tuviera que generalizar, diría que en la comunicación de hoy en día, sólo importa el “qué”, pero no el “cómo”. Por eso, escuchamos cosas como: “Pero profe, usted entendió lo que quise decir…”. Y si las leyéramos veríamos algo como: “pero prof ud entendió l q quize desir…” Y bue…

Pero conozco dos personas a las que no se les pasa NI UNA. Si falta un acento, si una palabra está mal escrita, si algo no tiene sentido o si en las necrológicas publican por dos días seguidos al mismo difunto, ¡¡LO AGARRAN AL VUELO!!

La primera de ellas es mi madre. No sólo no se le escapa una, sino que también está en constante aprendizaje. Disfruta (sí, dis-fru-ta) del Claríngrilla – y similares -- y se mata por completar todo (y después para corroborar, baja las respuestas de internet). Es más, sale de viaje con libritos de crucigramas. Y esto la ha convertido en la editora de este blog (para que vean que tengo una). Por ahí me llama y me dice: “Che, escribiste xxx mal. Qué raro que se te pasó. Correjilo que está feo” o “¡Nena! Los que se casaron no son A y B. ¡Son A y C! No sé en qué estabas pensando…” Bien, es algo que aprecio ya que a veces las cosas se escapan.

La otra persona es la tía Mirta. Fiel lectora de este blog, hoy tuvo la tarea de ser corresponsal para este espacio. Me llamó por teléfono y anticipando con su tono de voz la bomba que iba a lanzar me dijo: “Tengo un dato para tu blog que no tiene desperdicio. Está relacionado a tu entrada del otro día, esa de las bestialidades.” Al escuchar lo que me decía me quedé estupefacta. Por unos momentos se me detuvo la respiración y la sangre dejó de correr por mis venas. Mis oídos no querían creer lo que habían escuchado. La fuente era fidedigna (Diario Nueva Era). Pero el personaje involucrado hacía que la situación se sobredimensionara. “Si esta es la persona que nos dirige, la que nos representa en el mundo y la que debe velar, entre otras cosas por la educación de la población, estamos fritos”, pensé.

El diario, en una nota sobre nuestra querida presidente, la había CITADO cuando ésta comentaba de su desmayo.

Las palabras de Cristina fueron… (si no están sentados, háganlo por favor)

“Soy una hipotensa crónica de baja presión”.

No se diga más, señores. Sin lugar a dudas, estamos en el horno…



PD: Gracias, tía por tu colaboración y por entrar seguido. Besos.

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