domingo, 17 de febrero de 2008

La dieta de la luna...

… ni se compara con la dieta de las muelas del juicio.
A pesar de nunca haber hecho dieta en mi vida (aunque debo confesar que en repetidas oportunidades luego del nacimiento de Mati -- que me dejaron con 17 kilitos encima -- intenté hacer algo y me compraba cuanta cosa había en el mercado rotulado como “light”) les cuento que si quieren bajar de peso, prueben sacarse algunas muelas. Basada en mi experiencia, para que esta magistral dieta surta efecto es necesario quitarse por lo menos dos muelas por vez.
Hay tres razones básicas para la pérdida de peso:
1. Durante el primer día, sólo líquidos y un poco de helado. El segundo algún que otro sólido, si es que pueden abrir la boca. Con esto, ya se pierden unos gramos.
2. Las muelas en sí pesan, así que acá van otros gramitos más…
3. Otro elemento que mostrará menos peso en la balanza es la ausencia del juicio -- que se va con las muelas. Esto depende de cuánto de él tenga cada persona, pero de una u otra forma, equivale a menos peso en el cerebro, y por lo tanto, menos en la balanza…
Prueben y después me cuentan.
Me despido, con un bloque de gel en el maxilar y un calmante sublingual hasta el próximo encuentro.

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